«Los verdaderos cuellos de botella están en la CPU. Eso es porque estamos monitorizando y actualizando muchos jugadores diferentes moviéndose por tu pantalla a la vez. Así que, generalmente, cuando los framerates bajan, es un problema de CPU, no de GPU».
«Y ahí es donde estamos optimizando ahora mismo, haciendo que la CPU corra más rápido para que el juego tenga un framerate más consistente en PS4».