Desde que la startup española Smartick salió al mercado en 2011, no ha parado de crecer el número de niños que practican su método a diario para aprender matemáticas en todo el mundo.
De ellos, 9.000 son alumnos latinoamericanos que han pasado por esta metodología, basada en el desarrollo de la capacidad de cálculo, lógica y resolución de problemas de forma personalizada gracias a la más avanzada inteligencia artificial que adapta los contenidos en tiempo real al nivel de cada niño.
El desembarco de la compañía en México, Colombia, Perú y Argentina ha supuesto un importante impulso a ese crecimiento, aumentando notablemente las suscripciones.
De esta forma, Smartick continúa expandiendo internacionalmente su método, que se hace cada vez más global, como explica uno de sus fundadores, Javier Arroyo: «La clase Smartick se va haciendo cada vez más diversa en el mundo, algo que nos enorgullece porque nacimos con vocación global, exactamente como las matemáticas, que son un lenguaje universal».