La Reina del Sur 3, Capítulo 37: Zombi | Telemundo

No me digas que mis tres amigos
lograron intimidarte. – ¡Juguemos! Teresa: Bueno, pues, ¡salud,
¿no?! – ¡Salud!
– ¡Salud! Landero: ¿Qué fue?
¿Qué pasó? Teresa: No, pues, pasó
que se iban a cachar que no sé jugar póquer. – Pero cariño, la próxima vez,
no sé, no seas tan salvaje. Landero: Entrar a la computadora
de Julieta no sirvió de nada.

Teresa: Tenemos que sacarle
toda la sopa a Julieta y la única forma que puede ser es que tú sigas
con tu jueguito ese de seductor. – O tal vez podamos darle
una ayudadita. – Yo no sé si es más difícil
entrar en las oficinas de Hugo o en la casa de Samuel. – Pues, yo no sé
cómo le vamos a hacer, ¿eh? Estos ——– no tienen
ni un punto débil. – Y todavía nos falta Gregorio. – ¡Un juez federal! Jamás va a tener fallas
en su seguridad. Pues, no sé, de… – ¿Me estás siguiendo? Danilo: ¿Tienes pareja? – ¡No, hombre!
¿Qué? Si yo acabo de salir del clóset.

– Bueno, pero alguien
te debe de gustar, ¿no? – Si tú sabes que Epifanio
es muy peligroso, ¿por qué estás aquí? – Para mí
es muy importante que… que usted y su hijo
estén a salvo. – ¿Es eso? ¿O es algo más? [♪♪♪] – Se encuentran aquí
el primer viernes de cada mes y Kozar nunca falla. Necesito saber
qué esconde Kozar. Ella no solo te despide. – Eso fue exactamente
lo que pasó con Higgins. Intentó chantajearla
y ahora está muerto. – ¿Tienes algo que valga
la pena? ¿Y el muchacho? Palermo: Es solo cuestión
de tiempo. – ¿Tiempo?
¿Cuándo entonces? ¿Cuándo a ellos se les agote
la paciencia y me maten? – ¿Ellos?
¿A quiénes te refieres? Faustino: ¿A qué horas vendrá
el tal Eloy, ese? – ¡Quietos, ——!
¡Voltéense y al piso, rápido! Epifanio: Ese ——
del Cárdenas no me ha apoyado todavía.

Genoveva: Bueno, tú quieres que
yo sea amiga de Cecilia, ¿no? Solamente con la condición
de Güicho. – Está bueno, pues.
Te voy a traer al Güicho mañana. Matos: ¿Y ustedes quiénes son?
¿Qué están buscando? [♪♪♪] [Disparos] – No voy a disparar
si nos ayudan. – Ese es Eloy. – Que sí, que ya ha llegado. Eloy: ¡Tenlos listos! Faustino: Bueno, listo, mijo. Llegó la hora
de abrirnos de aquí. [♪♪♪] Oleg: Solo sígueme. – Claro, no te preocupes. – ¡Buenas, buenas! ¡Eloy Bravo! Oleg: Mucho gusto. Eloy: ¿Y Matos? [♪♪♪] [♪♪♪] [Estruendo] – ¿Nos vamos? – Sigan a la camioneta,
yo ya los alcanzo.

– ¡Este ——-!
¡Parate! ¡Parate, ——-!
¿Qué estás haciendo? ¡Quedate ahí, pues! – Si no le importa, prefiero no perder el tiempo
y aceleramos esto. – ¿Mucho afán? [♪♪♪] – Vengo a trabajar,
no de turismo. Estoy seguro
de que su jefe piensa lo mismo. [♪♪♪] – ¿Qué pensaste,
pues, gonorrea, ah? ¿Te meto un pepazo en la cabeza
o qué, mijo? – Prefiero irme ahora y organizar todo
antes de que anochezca. [♪♪♪] – ¡Vámonos! [♪♪♪] Matos: ¡Acá! [♪♪♪] [♪♪♪] CC: TELEMUNDO NETWORK Delio: ¡Compadre! – ¿Qué pasó? – ¡—— compadre,
estás ——, eh! ¡Qué buen olfato tienes, güey! – ¿Y ahora qué hice bien o qué? – No, hombre, nuestro amiguito,
el diputado Cárdenas… – Ajá. – …los del CNI me pasaron
el historial de las denuncias. – Ajá. – ¡Es un depredador,
el hijo de la ——–! Le encantan los chavitos.

Es un experto en desaparecer
los expedientes, mantener calladitas
a las víctimas y a los de la prensa,
mira, a puro billullo. – ¡No mames! – Compadre,
ya no hay moral, compadre. ¿Dónde quedaron los valores,
güey? – Así son los conservadores,
compadre. Conozco a varios,
hipócritas, ——–, que no rompen ni un plato,
que no andan con nadie, que no fuman, que no toman, que siempre están preparaditos
pa' la foto ahí con la familia.

¡Ah, pero que no apaguen la luz,
compadre, eh! Porque todos
contra la pared luego luego. [Risas] – Oye, ¿y vas a…
a sacarle los trapitos al sol? – No.
¡Cómo crees, compadre! ¡Son tiempos de tolerancia! Lo que importa, lo que más nos importa ahorita
es la reelección. ¿Y sabes qué?
Ahora sí va a trabajar pa' mí. Delio: ¿Qué piensas hacer? – Luego te digo, compadre. [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] – ¿Seguro que es aquí? – Coincide con las indicaciones
que me dio Faustino. [♪♪♪] – Pues, entremos. Sofía: ¡Faustino! [♪♪♪] [Chirrido] [♪♪♪] Mateo: ¿Y esto qué fue? – Faustino. [♪♪♪] ¡Faustino! Faustino: ¡Casi
que no llegan, pues! Sofía: ¿Este era tu problema?
¿Tu inconveniente? Paloma: ¿Qué ha pasado?
¿Qué has hecho? Faustino: Muchachos,
qué pena por el desorden, pero las cosas
se salieron de control. Sofía: ¿Y Oleg y Anton? Faustino: Ah, no, no, no.
Ellos están bien. Se fueron con Eloy
para el campamento y Oleg se está haciendo pasar
por el arqueólogo.

¿Ustedes trajeron
todo lo que yo les pedí? Sofía: Acá está. Paloma: ¿Qué hacemos? Faustino: Pues, lo único
que podemos hacer: limpiar todo pa' que parezca
que no hubiera pasado nada. Vea, vengan pa' acá. De aquí a tres minutos
en la loma, están los carros. Tráiganlos. Los espero
pa' que me ayuden a limpiar todo este ——–,
¿listo? Apúrense, pues.
¡Hágale! [♪♪♪] Matos: ¡Sofía! ¡Sofía! – ¿Qué pasó, mijo?
¿Qué pasó? ¡Venga pa' acá, muñeco!
¡Este man es un cuerpo! – ¡No, por favor!
¡Por favor! – Usted no se parece a los arqueólogos
que han venido antes. Oleg: No sabía
que los arqueólogos se parecen.

– Los que han venido
son más jóvenes. – Eso significa
que saben menos que yo. – Pero aguantan más. Ojalá ustedes aguanten. – Un ruso aguanta
más que 20 soldados alemanes. – Yo no entiendo alemán.
¿Qué dijo? – Dice que los alemanes
aguantamos lo que sea. – Pues, dígale que los peruanos
no nos quedamos atrás. – No somos los únicos
que no hablamos alemán. Eso nos puede servir. ¿Falta mucho? – Unas dos horas
y el camino se pone peor. ¡Nos fuimos! [♪♪♪] Julieta: ¿Cuál es el problema,
Gallardo? A ver, no entiendo. – ¿Cómo no ves el problema,
Julieta? Borraron las cámaras
de seguridad. Eso no es un trabajo
de principiantes. – No, pero bueno,
Elena Bocanegra tiene sus aliados por lo visto. – ¿Aliados?
¿Una extranjera? ¿Qué extranjera
tiene ese tipo de aliados acá? – Una extranjera millonaria. Cuando tenés plata,
conseguís lo que querés.

No sé qué te sorprende. – No, no, son muy raros.
Estos son todos muy raros. No sé, no me… no me cierra y la, la… la mujer
de Luciano también. – ¿Qué pasa con la mujer
de Luciano? – ¿Cómo qué pasa? Desaparece Luciano,
que es el marido, y ella no hace la denuncia
y ese mismo día se muda. – Habrán tenido una crisis. No sé, Gallardo,
puede ser una casualidad. Te estás poniendo muy paranoico.
No entiendo qué te pasa. – No, acá hay algo raro. No me cierra,
que no me gusta nada todo esto. – Mira, Elena Bocanegra
está ayudando a nuestro jefe. ¿Por qué lo hace?
¿Cómo lo hace? No tiene por qué ser
nuestro problema.

Tengo un llamado. Te dejo,
después seguimos charlando. Hola. Sí. Landero: No me aguanté
las ganas de llamarte. ¿Has pensado en mí? – Claro que sí.
¿Y vos? – Bueno, si te dijera
la cantidad de veces que me he imaginado
lo que dejamos pendiente, no te lo creerías. – Me muero
por saber tus fantasías. Landero: Bueno, si me dices
un lugar… te puedo enseñar lo que estoy
pensando en este momento. Ojalá fuera antes,
que no me aguanto. – Bueno, estate atento
al celular entonces, porque te voy a mandar
un número de una habitación.

– Perfecto. Mientras tanto,
te mando un beso. Julieta: Un beso para vos. – Teresa. Teresa. [♪♪♪] – ¿Todo bien, mijo?
¿Y usted con esos ojos abiertos? ¡No, mijo! Así se ve mejor. Bueno listo, mijo. Tenemos que abrirnos. Sofía: ¿Y qué vamos a hacer
con él? – ¿Cómo que qué vamos a hacer? Pues llevarnos
a esta boba, hombre. ¿No ve que necesitamos
que abra la jeta? No lo podemos dejar acá. – ¿Y después de eso? – Nos ha visto a todos y sabe
perfectamente quién es Sofía. – ¿Le van a hacer lo mismo
que a los otros manes? – ¡Oiga a esta man!
¡Yo qué voy a saber! Si colabora, no.
Si se porta bien, pues no. Y si no, él ya sabe.

¿Sí o no? – Pase lo que pase,
nosotros no iremos a hacer eso. – A ver, a ver, a ver…
un momentico, mijo. ¿Qué parte no entendió? Que tenemos que abrirnos de aquí
antes de que llegue alguien. ¿Qué, ah? ¿Se lo dibujo en un tablerito
para que haga planitos o qué? ¡Vámonos, pues! [♪♪♪] Venga pa' acá, Piroberta. ¡Mírela! Pa' arriba, sin boleto. [♪♪♪] – Don Rubén es un hombre serio
que si no lo saben llevar, pierde la paciencia fácilmente. No le gusta que hablen de más
y menos que pregunten. Él hace las preguntas. Y más vale
que respondan lo que es. Por nada del mundo se les ocurra
decirle una mentira.

Don Rubén
las huele todas en el aire. [♪♪♪] Oleg: Tal vez
hay muchos guardias. Eloy: Aquí es de mala educación
hablar en otro idioma cuando la gente no entiende. ¿Y ahora qué dijo? – He dicho que todo
esto es muy impresionante. – Y aún no han visto nada. Felizmente, don Rubén
entiende algo de alemán. Con él si van
a poder hablar tranquilos. [♪♪♪] Vayan bajando y esperen aquí. [♪♪♪] Ahora mismo hago que llamen
a don Rubén pa' presentarlos. [♪♪♪] [♪♪♪] – Rubén se va a dar cuenta
de que no hablo alemán.

– Alguna palabras
tienes que saber. – Saludar, los números del uno
al diez y algunos colores. – Deberíamos empezar a correr. – Con tanta seguridad
no llegaríamos lejos. [♪♪♪] – Don Rubén no está. Tuvo que salir a resolver
un asunto urgente. Caminen y los instalo
mientras él llega. [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪].

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