Nuestra forma de entender el universo
tiene un antes y un después de la teoría de la relatividad general de Albert
Einstein. Gracias a ella fue posible explicar desde el origen del universo y
la órbita de los planetas hasta los agujeros negros. Su teoría también tuvo
aplicaciones prácticas como la invención del GPS. De hecho, fue una idea tan
revolucionaria que es difícil compararla con cualquier otra teoría de la historia
del conocimiento científico. Pero, ¿de qué trata la teoría de la relatividad general? Cuando Einstein la publicó en 1915 la
física llevaba 200 años regida por las leyes de Isaac Newton. Su reinado
científico era fuerte a pesar de que había algunos aspectos en los cuales sus
leyes no eran del todo exactas. Esto pasaba por ejemplo con la gravedad esa
fuerza que según Newton nos mantiene sobre el suelo de la tierra y hace que
los planetas se muevan alrededor del sol.
El concepto funcionaba muy bien para los
fenómenos terrestres, pero no a escala planetaria. Aun así, en aquel entonces, Newton era un intocable. No para Einstein. Él lo que hizo fue plantear uno de sus
famosos experimentos imaginarios para explicar por qué Newton estaba
equivocado. La idea era esta: si los planetas se mueven alrededor del Sol solo atraídos por la fuerza de gravedad, ¿qué pasaría si de repente el Sol desapareciera por completo? Según Newton, los planetas dejarían sus órbitas al
instante. Pero Einstein creía que la luz era lo más veloz del universo, más que cualquier más que cualquier cuerpo con masa, más que la gravedad. La luz del Sol tarda 8 minutos en recorrer los casi 150 millones de kilómetros que
los separan de la Tierra. Entonces, ¿cómo es posible que la Tierra abandone su órbita antes de que los terrícolas dejen de ver al Sol brillar?
Es aquí donde aparece la genialidad de Einstein.
Primero que nada, imaginó las tres dimensiones del espacio y la dimensión
del tiempo juntas y le llamo espacio-tiempo. Luego demostró que ese
espacio-tiempo no es simplemente un escenario donde la física sucede. Es, en verdad, un protagonista. Piensa así imagina que el espacio-tiempo es como
una especie de cama elástica. El Sol por ser una estrella tan masiva, es como una
bola pesada, que al ser colocada sobre esa cama elástica hace que la tela se
curve.
Ahora, la Tierra y los otros planetas del
sistema solar, por ser más pequeños, son como pelotas más ligeras. Entonces cuando
uno lanza una de ellas sobre la cama elástica, la pelota no avanza en línea
recta. Lo que le pasa es que sigue la
deformación o curva que esa gran bola pesada provocó en la tela. Lo que esta
metáfora ayuda a ilustrar es que según la teoría de la relatividad general, el
sol es un cuerpo tan masivo, que obliga a los planetas a seguir la deformación que
él mismo provoca en el tejido del espacio-tiempo. Volvamos a entonces al
escenario hipotético de qué pasaría si el sol desapareciera.
De acuerdo con Einstein, su desaparición formaría una ola gravitacional que
viajaría hasta los planetas a la misma velocidad de la luz.
Por lo tanto dejaríamos de ver al sol brillar al mismo tiempo en que la tierra
perdería su órbita.Palabras más, palabras menos, lo que Einstein planteó es que los
planetas no orbitan alrededor del Sol por la gracia de la fuerza de la
gravedad sino por la propia geometría del espacio-tiempo.
O sea,
nos mostró que estábamos viendo el universo entero de la forma equivocada.
Claro que no toda la comunidad científica estuvo de acuerdo con él. Al
fin y al cabo no muchos estaban dispuestos a que un treintañero
destronará a Newton. Tuvieron que pasar cuatro años para que la teoría de la
relatividad general fuese probada con un experimento práctico. Solo entonces la
teoría logró total aceptación y convirtió a Einstein en el físico más
famoso del mundo. Pero en realidad hizo también algo más: lo transformó en el ícono del genio loco que no teme a pensar distinto. Si tienen algún comentario o sugerencia
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