[Música] Jerusalén, el lugar donde cada piedra tiene una historia que contar. Tierra sagrada para tres grandes religiones monoteístas: cristianos, judíos y musulmanes. [Rezan] ♪ Y los enfermos Se sanarán ♪ María: Tierra Santa para el mundo cristiano que hace más de 2.000 años atestiguó aquí la vida y muerte de Jesús de Nazaret. [Cánticos] Tierra de templos, mezquitas e iglesias de puertas grandes y pequeñas. Fray Artemio: "Agranda la puerta, padre, porque no puedo pasar. La hiciste para los niños y yo he crecido a mi pesar. Si no me agrandas la puerta, achícame por piedad para que yo vuelva a la edad aquella en que vivir era soñar". Si tú veis, en el judaísmo, Dios es–que ver a Dios es morir, o un musulmán, a Dios no se le ve porque es demasiado grande. Entonces, yo creo que Dios ha dicho "¿por qué los hombres tienen que tener miedo de mí?". María: Lo habían profetizado, Dios enviaría a su hijo hecho hombre, aquel que nació en Belén para que no le temieran.
Fray Artemio: Tienen que tener miedo, pues, delante de un padre o delante de no sé cuál, pero no tendrán miedo delante de un niño. A un niño tú no le puedes tener miedo. Lo único que puedes hacer con un niño es besarlo, sonreírle, abrazarlo. María: Nadie mejor que Fray Artemio Vítores, conocido como el custodio de Jerusalén, para contar la historia de la gruta más famosa de la cristiandad aquí en Belén.
Fray Artemio: En el 230, un personaje importante en la Biblia–en el–que dice "yo vine a Belén y todos me enseñaron el lugar del nacimiento, el lugar del pesebre y yo me puse de rodillas, me puse a adorarlo", porque aún mismo los paganos consideraban eso como el lugar más santo para los cristianos. María: El lugar más santo, marcado con una estrella, justo al lado de donde la Virgen reposara del parto.
Fray Artemio: Vienen los magos, y ungen al Niño Jesús le ofrecen el oro, el incienso, la mirra. Y, luego, pues, tú figúrate pues aquí María, sentada aquí, contemplando a su niño. Esto se llama el Asiento de María. María: Igual que los magos de Belén, los siglos han atestiguado cómo otros, sin más regalo que su fe, reviven a diario aquel nacimiento que cambió al mundo. Padre Carlos: Lo fundamental, ciertamente, es sentir que Jesús en ese espacio nació y que Dios se hace hombre, y que Dios es plenitud de humanidad. Es el profundo sentido que tiene el hallarnos ahí, en esa Basílica de la Natividad.