Traductor: Carmen de Miguel-Murado
Revisor: Sebastian Betti Tengo dos pasiones: una, el fútbol. Soy un megafan, a ver si adivináis
¿de qué equipo? (Risas) Por supuesto soy megafan del Real Madrid. También soy portero en el equipo
de fútbol sala de Villanubla. La otra pasión es: los ordenadores,
los videojuegos y la programación, que es de lo que vengo a hablaros hoy. A la hora de jugar,
a los niños nos vuelve locos la Wii, la PSP, la Nintendo. Siempre intentamos ganarnos
unas partidas extras, acabando antes los deberes,
ordenando nuestra habitación, lo que sea por pasar al siguiente nivel
o superar nuestra puntuación anterior. Un día pensé: ¿Y si en vez de solo jugar a esos juegos
pudiera crear mis propias pantallas, héroes y malos, golpes y piruetas,
vidas extras? ¿Imposible? No, no. Un niño de mi edad puede hacerlo. Mientras las nuevas tecnologías
están por todas partes y los mayores las utilizáis
para cosas de mayores, a ver… — ordenadores a bordo de los coches (aunque mis padres a veces
se siguen perdiendo), móviles, consultar el correo,
mandar mensajes, comprar, navegar por Internet — los niños las utilizamos para jugar, que para eso somos niños
y es lo que más nos gusta.
Pero todos sabemos que
a nosotros, los niños, se nos da mucho mejor,
¿cómo decirlo?, esos aparatos del demonio
que a muchos mayores, quizá porque no tenemos miedo
a toquetearlos, a experimentar con ellos,
a ver qué hay aquí o a estropearlos, ya que luego están los padres
para arreglarlo todo. (Risas) Esta curiosidad que tenemos los niños me ayudó a ser creador
de mis propios juegos y me di cuenta de que podía
aprender jugando y jugar aprendiendo. Podía experimentar, crear,
compartir, entender y razonar cómo están hechas las cosas
para luego utilizarlo con lo que estábamos estudiando. Y resulta que todo eso
que yo estaba aprendiendo es lo que los mayores llaman
"informática creativa". Una vez me dijeron que programar
es como una obra de teatro: tenemos nuestro escenario
donde están nuestros actores que actuarán entre sí
según les digamos, podemos disfrazarlos
para conseguir animaciones o añadir imágenes, sonidos, etc. Pensaréis: tiene muy buena pinta,
pero un niño solo, en su habitación, programando,
no es muy social que digamos.
Pero es que es mucho más. Es una comunidad pública
y abierta a nivel mundial, a la que podemos pertenecer y donde
podemos publicar nuestros programas o descargar los programas ya hechos
para jugar con ellos, ver cómo los han hecho,
modificarlos o mejorarlos. Y es que, actualmente, en esta comunidad
hay más de 10 000 programas compartidos, y a ella pertenecemos niños,
no tan niños, y profesores de colegios,
institutos y universidades. Cada vez me iba apasionando más.
Hice nuevos amigos
con los que compartía creaciones, y fui pensando que,
si se lo enseñaba a los niños del cole, ellos también podrían disfrutar
como yo lo hacía. Además, programar también me ayudaba
para aprender de una forma más divertida lo que estábamos dando en el cole. Así que lo tuve claro. El año pasado, cuando estábamos dando
los huesos del cuerpo humano en clase, se me ocurrió hacer un juego
de preguntas y respuestas, que es este: (Vídeo) Os voy a enseñar este juego que hice
sobre los huesos del cuerpo humano para mi colegio,
cuando lo estábamos dando el año pasado, en el que el cuerpo humano te pregunta
dónde están sus huesos.
Damos a la bandera verde, lo ponemos en pantalla grande
para que se vea mejor, y te dice: ¿dónde está la mandíbula? Tú tienes que responder
con el número correcto, si es el 10, el 11, el 1, el 2, el 3… pues respondes con el 10 que es
el correcto y te dice: "biennnn" pero si respondes mal
te dice: "ua, ua, ua". Los sonidos los he grabado yo
y los he añadido al juego también, y he hecho que haya aciertos y fallos, que aquí ponga los números
de los aciertos y de los fallos para así poder hacer competiciones
con mis amigos para ver quién se sabe mejor
los huesos del cuerpo humano. (Aplausos) Me divertí tanto programándolo
y me ayudaba tanto para aprendérmelo que se lo dije a mi profesora
y le pedí si podíamos verlo en clase, que quería mostrárselo a todos. Y así fue. Organizamos un día en el que
yo les enseñaba esos proyectos y más a mis compañeros de curso y les enseñé
que ellos también podían hacerlo al igual que lo había hecho yo.
Como no podía ser de otra forma,
les encantó. Les gustó tanto a niños y a profesores
que este año hemos fundado el club de programación
"El páramo de Villanubla", donde ya somos 26 niños
los que disfrutamos y programamos programas
individualmente o en equipo. Ahora estoy preparando
este juego sobre el espacio: (Vídeo)
Os voy a enseñar este juego que he hecho sobre los planetas
del sistema solar con el sensor de vídeo, en el que tú tienes que dar
con la cabeza a los planetas para que no caigan al mar. Lo ponemos en pantalla grande. He puesto fallos y aciertos
y aquí está el mar. Van cayendo los planetas y tú apuntas hacia la cámara,
te mueves y les vas dando. Cuando les das, se cambia el planeta por su nombre
y lo dice, y se suma un acierto. Pero cuando no les das suena
el sonido del agua y se suma un fallo. Bueno, creo que ya habéis visto
cómo funciona.
(Aplausos) ¿A que es muy chulo? Pues lo he hecho yo
y eso me mola más. Además se lo voy a pasar
a los niños de 5 años de mi cole que están haciendo un programa
sobre los planetas del sistema solar y seguro que con él se los aprenden todos y eso me hace sentir más feliz
porque sé que mis juegos sirven para más cosas
que para divertirme a mí solo. Pero no es la primera vez que hago algo
para los peques de mi colegio. Como mis padres veían que me gustaba
tanto y me iba tan bien con los estudios, cuando cumplí los 7 años
me regalaron una cosa que cuando la vi dije:
¿qué es esto? ¿unos cables? Y me dijeron: "Con esos cables
vas a poder hacer magia".
Y tenían razón
y os lo voy a demostrar hoy. Se trataba de una placa
llamada Makey Makey que al conectarla con un cable
al ordenador podías ir pinchando más cables
a cosas tan originales como gominolas, plastilina, frutas,
grafito de lápiz, agua o, tan solo tocándolos, hacer que funcionaran programas
y juegos de forma mágica. Se lo dije a Marga, la profesora
de niños de 4 años de mi cole y me pidió si podíamos hacer
un proyecto especial sobre la música y los instrumentos de una orquesta. Los niños y sus profes
se encargarían de hacer los instrumentos de cartón y goma eva, mientras yo tenía que hacer
los programas necesarios para que esos instrumentos
cobraran vida y sonaran de verdad. Así que se lo dije a Juanje,
un amigo mío, y entre los dos nos pusimos
manos a la obra. Nos pareció un proyecto muy interesante, pero era un reto muy difícil
porque teníamos que hacer que niños muy pequeños
nos escucharan a nosotros, otros niños.
Cuando lo tuvimos todo preparado juntamos a todos los peques
del ciclo de infantil y les enseñamos cómo sus instrumentos
sonaban de verdad. Incluso les enseñamos que ellos
también tenían música en su interior. ¡Fue alucinante!
Los pequeños se portaron genial. Les fuimos organizando en turnos para que
todos pudieran tocar sus instrumentos. De verdad, nos miraban
como si fuéramos magos que con unos simples
cables y un ordenador habíamos dejado boquiabiertos
a pequeños y mayores. Bueno, ¿queréis ver cómo lo hicimos? Pues os lo voy a demostrar
a continuación. Hoy he traído aquí
algunos de esos instrumentos, que, por cierto, doy gracias a mi colegio por dejármelos para enseñaros
un poco de esa magia, y lo que cualquier niño podría hacer con un poco de imaginación,
unos cables y un ordenador.
Para tocar este súper piano
hecho por niños de cuatro años tengo que quitarme los zapatos. ¡Tengo los pies limpios, eh! (Risas) A ver si os suena esta canción. (Música) (Aplausos) Y ahora os voy a enseñar
cómo el agua puede hacer más sonidos que el que hace cuando sale del grifo. Esta canción
se la voy a dedicar a mi abuela que para la próxima semana
va a ser su cumple. (Risas) (Aplausos) (Música) (Aplausos) Y a continuación voy a necesitar
cuatro voluntarios porque aquí y ahora
vamos a ver a qué suenan. A ver, vosotros cuatro de ahí
que estáis muy cerca. (Risas) (Aplausos) Ponte por ahí, tú coge este
y tú coge este. A ver a qué instrumento suenas (Ruido)
¡Anda, tú suenas a un ruido! (Sonido de platillos)
Y tú a unos platillos. No, no suenas. (Risas) (Sonido de tambor)
Suenas a un tambor. Y tú, a ver a qué instrumento suenas. (Sonido de relincho de caballo) ¡Uy, si se nos ha colado un caballo! (Risas) (Aplausos) Espero que os haya gustado
todo lo que os he contado.
¿Veis como no os engañaba? Imaginas, creas y compartes, y todo con unos cables,
un poco de imaginación y un ordenador. ¡Animaos chicos y chicas! Dejad de ser solo jugadores de juegos y convertiros en creadores de historias,
juegos, programas, proyectos musicales… No hay límite,
solo el de nuestra imaginación. Pero no os quedéis ahí, enseñádselo al mundo, mandadlo a la web para que cada vez seamos más
los que disfrutemos, no solo jugando, sino también sabiendo
que nosotros, los niños, también podemos decidir cómo queremos
que estén hechas las cosas.
Y a vosotros, los padres, os pido,
por favor, que montéis talleres de programación en los colegios para que ningún niño
se quede sin aprender todo esto. Es importante para vuestros hijos. (Aplausos) Y no olvidéis nunca y creed siempre
que no hay nada imposible, todo depende de nuestro esfuerzo
y ganas de superarnos, y aunque seamos muy pequeños también tenemos muchas cosas
que enseñar a los demás. Muchas gracias por vuestra atención.
Hasta pronto. (Aplausos).