– Nunca creí que mi papá
se iba a morir. Ahora tenemos que hacer
lo que dijimos. Murió la leyenda… Y nace el cartel
de los Casillas. [♪♪♪] – ¿Te parece poco
que a Aurelio Casillas se lo estén comiendo los gusanos y eso se debe a este pecho? – Quiero tres generaciones
de Casillas muertos. – La DEA siempre quiso abrir
un caso de muy alto nivel con tu papá. Ellos querían comprobar
la corrupción en México. [♪♪♪] Tracy: Ya vamos en camino,
señor. – Muy bien, Tracy.
Sabía que podías lograrlo. Corina: Se llama Tracy Lobo,
es ambiciosa. Ella quería ser
la que se infiltrara en el cártel de tu papá.
– Según lo que me explicó
el médico en México, doctor, minimizaron los signos vitales hasta el punto de hacerlo pasar
por muerto. – No concibo que Aurelio
esté muerto. Es que no me cabe en la cabeza,
hombre, semejante figura. – Murió el perro,
pero quedan los cachorros. – Estoy buscando la manera
de que se vean en la necesidad de lavar dinero.
Y ahí aparezco yo. – Nos tenemos que juntar
con los más pesados. – ¿Como quién? – Fernando Aguirre. – Con la muerte de Casillas,
la güerita de la hija debe estar queriendo reactivarse como el ala independiente
de la familia. – Lo primero que se va a hacer es implantar un chip
cerca de los nervios. Es un localizador que va a tener toda la información
que tenemos de él. Se rebela,
se le da una descarga. Colabora, se le da un premio, y eso le produce placer. Aurelio: Hicieron conmigo lo que se les dio
su ———- gana. Me trataron peor
que a un animal.
Y la que estaba detrás
de todo esto era una vieja. [♪♪♪] ¿Sabes qué? Se te acabó tu ratoncito
de laboratorio. ¿Tú tienes un plan? Yo también tengo el mío. – Después vengo por ti, ¿eh? – Cree que se va a escapar. [Suena la alarma] Nivel siete, nivel siete.
Y usted, nivel seis, ¡vamos! [♪♪♪] – ¡Cómo es posible que mi abuela
se llevó a los niños y nadie, nadie, se dio cuenta! – Localizamos a la cucha. – ¿A la vieja pedorra
de doña Alba Casillas? – ¿Me quieres decir qué ——-
está pasando, Lobo? – Casillas está intentando
fugarse, eso es lo que pasa.
– Sí, ya lo sé. La fuerza aérea
me acaba de avisar. ¿Cómo crees
que vamos a quedar ante ellos? – Lo tengo todo bajo control. [♪♪♪] ¡Tenemos que bloquear la pista! [♪♪♪] [Sonido de sirenas] – ¿Qué pasó,
que traemos cola o qué? – Creo que sí, patrona. Hombre: ¡Ahora!
¡Todos! Felina: ¡Que me sueltes!
¡Suéltame! – Listo, señor.
Muy bien, Ángel. Esperen instrucciones. [♪♪♪] – Vamos con el Greñas.
Parece que ya los encontraron. – ¿A mi abuela?
– Simón. – Vamos. – ¿Qué haces aquí?
Quédate con los niños. – Los niños están bien. – Hazme caso, por favor. – ¡Con una fregada, Pulque! ¡Yo me quedo contigo
hasta el final! ¡Hasta el final! – No hay
donde ——— aterrizar. [♪♪♪] [♪♪♪] [Chirrido de llantas] [♪♪♪] Tracy: No podemos perder tiempo, tenemos que atraparlo.
¡Vamos! – Vamos. – Entonces, ¿qué? ¿No me vas a decir quiénes son
o qué, quién los manda? ¿Qué es lo que querés?
¿Plata, sí? Yo te puedo dar
toda la que querás.
¡¿Quién es?!
¡Hablá! ¡Soltame! – A ver, vamos, tranquila. – ¿Abuela? – Hasta aquí llegamos, ¡ni modo! Los niños van a estar bien.
No dejen de buscarlos. – ¡Hágase la venganza! [♪♪♪] – ¡Atención!
Revisen la ubicación enviada. Rodeen el lugar.
No se nos puede escapar. [♪♪♪] – ¿Qué pasó, rusita? Cuánto tiempo sin vernos. – Lo último que escuché de ti
es que estabas muerto. – ¿Y eso hace cuánto tiempo
que fue? – No sé…
casi más de un año. [♪♪♪] CC: TELEMUNDO NETWORK – ¿Te acuerdas
que estuve en coma? – Sí, recuerdo. – Pues, estos batos
me hicieron pasar por muerto. Me enterraron vivo,
me hicieron un funeral. Mi familia sufrió un ——. – Entonces, sí fue cierto. – Pero ya me conoces,
me les pelé.
Andaba cerca por aquí…
y pensé en mi rusita. Ella es la que me puede echar
la mano, ¿o no? – Y bueno, pues, mi única salida es fugarme para México. Me están pisando los talones
los hijos de la fregada. Además, imagínate,
no sé nada de mi familia. Y lo que más pendiente me da es cómo lo vayan a tomar ellos,
la verdad. Necesito que me ayudes, rusita. [♪♪♪] Rutila: Abuela… abuela.
¡Pulque! Pulque, abuela, reaccionen,
¡por favor! Abuela, por favor… Abuela, por favor, reacciona.
Abuela, por favor… reacc… Abuela, por favor,
reacciona, ¡por favor! Reacciona, por favor… Abuela, te necesito.
Por favor, reacciona. Abuela, te necesito.
Te necesito, abuela, por favor. ¡Abuela, por favor, respóndeme! [Sollozos] ¡Mi hijo!
¡Hijo! [♪♪♪] – Está cañón, patrona.
No hay por dónde. – Siempre hay una salida, JP. Eso te lo enseñé en la selva,
que no se te olvide. Además, acuérdate
que el deber de todo preso siempre es buscar
por donde salir, ¿que no? – Sí, señora. – Álex… ¡Álex! ¿Dónde se metió este muchachito,
¡dónde ——!? Álex…
¡Álex! [Gruñidos] ¡Ayúdame! ¿Álex, qué te pasa?
¿Álex? Mira…
¿qué tiene? – Es la falta de droga, patrona. Está teniendo
una crisis de abstinencia. – Cálmate, cálmate.
Respira, respira, respira. – Tranquilo. – Tranquilo, mijo, tranquilo. – Cuente con eso,
señor presidente. Yo me adelanto precisamente
para que en el Kremlin lo reciban a usted
como se merece, con todos los honores. – De igual manera, ya nosotros habíamos adelantado acciones
con el comandante.
– Pero el comandante ya murió,
ahora es conmigo con quien tiene que hablar. El presidente soy yo. – Bueno, y es un momento de oro para hacer alianzas, Nicomedes. El mercado está pidiendo
mucha más… línea blanca. [Risa] – Más línea blanca, qué bueno. Me gusta la gente con chispa,
Alan Saade. Tranquilo. Tus socios van a tener toda
la línea blanca que quieren, siempre que la pague. – Eso sí. [♪♪♪] Carlito, búscate el billullo
por ahí para el canciller.
Carlito te lo va a traer. Bueno, yo los tengo que dejar, tengo una reunión
en cinco minutos. – Bueno, ya, listo. – Bendiciones.
Se me cuida mucho. – Muchas gracias, mi señora.
– Bendición, querida. – Cuídese mucho.
– Señor presidente. – Siempre es un placer. – La veo. – ¿Pudiste averiguar
algo de la Felina? – Nada. Ella está demasiado metida con eso de recuperar a su hijo. Y hasta donde yo supe, creo que ese fue a encontrar
con él y todo. – Bueno, si este negocio
se hace, vamos a tener mucho que lavar. – ¡Ja! [♪♪♪] [Sonido de sirenas] – Lo necesitamos vivo.
Vivo, ¿entendido? Los demás ya están en posición. Nosotros estamos listos. ¡Así que ahora! ¡Vamos! [♪♪♪] – No, pues, sí tienes varios
juguetitos aquí, mi reina. A ver, estas granadas. Esta pistolita…
Y esta para acá. – Me estás poniendo nerviosa,
Aurelio. – ¿Por qué? – Mira que los rusos
venimos del trueno. A nosotros nada nos asusta.
– Por eso te gusta estar
conmigo, ¿verdad? [♪♪♪] – ¿Desde cuándo no estás
con una mujer? [♪♪♪] – Descarga fuerte, Benjamín. – Esto puede tener
consecuencias graves para el cerebro, jefa. – Es una orden. Yo asumo la responsabilidad. Ahí está, ahí está. [♪♪♪] [Quejidos] – Aurelio…
Aurelio. ¿Qué te pasa? – Hija de la ——–. – ¿De quién hablas? ¿Quién te está haciendo esto? Vente conmigo, yo te escondo.
– No, no…
No, rusa. No, tengo que irme,
tengo que irme. Se lo debo a mi familia. Dile a alguien de tu gente
que me acompañe pa escaparme, ¿eh? Llámales, porfa. – Vladimir, vente rápido
por Aurelio. Tenemos un problema. – Sabía que podía contar
contigo. – Tú me liberaste
del maldito de mi esposo. Estoy en deuda contigo. – Gracias. – Llévenselo al auto. [♪♪♪] ¡Vayan con él, vayan con él! [♪♪♪] Aurelio: Vámonos, ¡arre! De volada, necesito
que me lleven al aeropuerto por la ruta más rápida, ¿eh? – Espera.
Necesito que vengas por acá. – ¿Qué?
– Por aquí. – ¿Por acá? ¡Vámonos! [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] [Disparos] [Disparos] [♪♪♪] – Hum. ¿Pudiste averiguar algo? – No contesta. – Pues, llama otra vez. [Timbrando] – Timbrando. ¿Qué pasó, hermano? – Aquí, preparándonos por si
a los muchachos de la derecha se les llega a ocurrir
alguna revuelta cuando comencemos a gobernar. ¿Tú has sabido algo
de la Felina? – ¿Y por qué yo tengo
que saber de esa traidora? – Bueno, tú y yo sabemos
que ya la mandaste a secuestrar una vez con la guerrilla. – ¿Es así como se supone
que usted va a tratar a su presidente? Desde que anda con los vecinos ya se está creyendo veneco. – Pero ¿qué fue lo que pasó? – Ya… se emborrachó
con el poder. – ¿Qué te dijo?
– No fue él. No, no fue él.
– ¡Ah! ¿Está seguro? – Sí…
[♪♪♪] [♪♪♪] Vámonos. – ¡Ah, es que ustedes
nos van a acompañar o qué? Pues, listo, vamos. [♪♪♪] – JP, no podemos esperar aquí,
tenemos que salir. Ese muchacho está muy mal. – Sí, patrona.
Ya se me está ocurriendo algo. – Alguien importante tiene
que estar detrás de todo esto. Seguro que tienen
su buen plan con nosotros, y no es precisamente cobrar
un rescate, no, ni esto es un ajuste de cuentas. Si no, ya nos habrían dado piso
a los tres. [♪♪♪] [Clics de la cámara] – ¿Falta mucho, Inés? – Ya con esas terminamos. Logré que la editorial trabaje
a marchas forzadas y mañana va a salir su foto
en la portada. – Eres un sol. [Suena el celular] – ¿Qué hay?
Espero que todo bien. – Sí, jefe.
Todo bajo control. – ¿Entonces, para qué me llamas? – Pues, nada más esperando
instrucciones, patrón. La mujer y los dos hombres
ya llevan mucho tiempo encerrados allá adentro. – Solo necesito que la mantengas
ahí, que no esté operativa.
Todavía no sé cuánto tiempo.
Espera mi llamada. – Entendido. [♪♪♪] – Todo bajo control, señor. – No parece. Los noto nerviosos. Búscate a gente más profesional. Ángel, no quiero broncas, ¿eh? – Inés. – Permítame. Sí, señor. – Hazle llegar los bonsáis
que pedimos para don Julio y dile que todo marcha
como esperábamos. – Claro que sí.
¿Algo más? Con permiso. [Suena el celular] – ¿Qué te pasa? – Ya le cumplí, mijo. – ¿Con qué? Porque tienes varias
tareas pendientes? – Ya saqué de combate
a Doña Alba Casillas, la mamá del Señor de los Cielos, así que vaya juntando
mi platica. Que me va a dar mucho gusto no volver a verle la jeta
en la vida, ¿oyó? – Quiero detalles.
[Tono] [♪♪♪] Tracy: ¿Cuál es la ubicación? – Va por la derecha, jefa.
Se está alejando. – Denle una descarga fuerte, que no se la vamos
a dejar tan fácil. – Listo. [Quejidos] – ¿Estás bien? Tracy: Y tome una foto. Necesito identificarlos,
pa saber quién lo está ayudando. ¡Rápido! ¡Vamos!
Vamos, vamos. – ¿Puedes seguir? – Sí. – Vámonos. [Quejido] – ¿Te pasa algo? ¿Puede continuar?
– Sí, espérame. – Vámonos. – El helipuerto.
Llévame al helipuerto. – Helipuerto va para allá. – Vámonos.
Agárrate, vámonos. – ¡Alto!
– ¡Aguas! [Disparos] Gracias, camarada. [♪♪♪] – ¡Bello! [Suena el celular] Nandito… Oye, muchas gracias
por el detalle del bonsái. – Qué bueno
que le gustaron, viejo. Pero más le va a gustar saber que sus deseos
han sido cumplidos. Doña Alba Casillas
ya no pertenece a este mundo. – ¿Cómo? ¿Sufrieron sus nietos,
la familia? ¿La vieron morir? – No tengo esa información aún, quedaron en pasarme
los detalles, pero misión cumplida, viejo.
– Bien logrado, Fernando.
Bien logrado. Otra vez acabas
de hacerme el día. Gracias, mijo.
Gracias. [♪♪♪] [Zumbido del helicóptero] [♪♪♪] – ¡Ábrele! Quieto.
Ábrele, ábrele. – Tranquilo, tranquilo. – A ver, ——, bájate.
¡Bájate, hombre! Órale, sáquese de aquí.
Órale. Súbete. Cierra esta madre. Con cuidado. Tranquilo, ¿eh?
Quietecito. Nada de quererse hacer
el héroe. [♪♪♪] Préndelo, de volada, ——.
¡Órale! [♪♪♪].