– Hágase la venganza. – ¿Qué pasó, Rosita?
¡Cuánto tiempo sin vernos! – Lo último que escuché de ti
es que estabas muerto. [Sollozos] – Doña Alba Casillas ya no
pertenece a este mundo. – ¿Sufrieron sus nietos? Ismael: Ya no está con nosotros.
Se fue. – ¡Lo necesitamos vivo, vivo!
¿Entendido? [♪♪♪] – ¡Ábrele! ¡Quieto! ¡Ábrele, ábrele! – Tranquilo, tranquilo. – ¡A ver, ——, bájate! ¡Bájate, ——!
¡Órale, sáquese, órale! Súbete. Cierra esta madre. – Tengo la sensación de que algo
grande está pasando en la agencia, y, pues,
creo que estaría bien saber en qué anda todo el mundo,
¿no crees? Al final, todos jugamos aquí
para el mismo equipo. [♪♪♪] – Están bien ——–. [♪♪♪] – Necesito su ubicación
y la del prófugo. – Está perdiendo altura.
Va para Laguna Salada. [♪♪♪] – ¿Cuánto vale mi rescate?
A ver. – Es mejor que cooperen…
si quieren salir caminando.
– Decile a tu patrón…
que lo que sea que necesite… yo se lo puedo conseguir,
¿oíste? Tracy: ¡Es él, señores! [♪♪♪] – ¡Aaaah! – ¿Por qué estás tan seguro
que esta niña, Rutila Casillas, va a aparecer? – Pues, porque le tengo cerrada
su única posibilidad de lavado. – ¿Y el Amado? – No sé. Ya le escribí
y no me contesta. Salió. Dijo que iba
a hacer algo, pero… – Eso no suena bien, ¿eh?
Puede ser peligroso. – ¿Cuánto tiempo vamos a estar
respirando el miedo en el ambiente? – Vengo de parte de Amado.
– ¿Por qué no da la cara él? – Precisamente vengo a negociar
eso contigo. Su entrega y la de toda
la familia Casillas. – Tiene que estar escondido
en algún lugar. – Ah. Ayúdame… ayuda… ayúdame. [♪♪♪] Ayúdame. – ¡Artemia! – No, no, no, no le llames
a nadie. Es que hay unos batos
que me quieren ——-. – Está bueno, pues, te ayudo.
A ver, te voy a llevar. [Jadeos] Por acá. Vamos. [Sonido de sirena] – Lo perdimos, jefa. – ¿Cómo así que lo perdimos,
si el GPS estaba marcando esta misma calle? ¿Qué pasa? – Es imposible.
No capto ninguna señal. – Ah, ¡¿quíubo?! ¡Vamos! Están mirandonos, mano… – Pásale. [Quejidos] ¿Estás bien?
¿Necesitas un médico? – No, nada de médicos,
nada de médicos. Estoy bien, estoy bien. – ¿De qué estás huyendo? ¿Eh? Si es de la migra llegaste
al lugar correcto, pero es que así no vas a llegar
a ningún lado. – No, no, no, nada más tengo
dolor de cabeza, así como si estuvieran
a abriendo el cráneo… pero todo bien. – Pásale. Pásale. – Está bien. [Silbido] – ¡Juanito! Órale, llévate el bato este
al túnel.
– Bueno. – Querías ayuda, ¿no?
Te voy a ayudar. Dale. – ta' bueno. Gracias. – De nada.
– Gracias. – Vamos. [♪♪♪] – ¡Aaaah! – ¿Qué pasa? – A ver, apártese.
Estamos buscando a alguien. Tú busca por allá. Sígueme. [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] – ¿Qué pasó, Mecha?
¿Qué hace toda esta tira aquí? – Debe ser por mi vestido. ¡Y yo que sé, Pollo! – Gracias, doña. ¡No puede ser que
se nos haya perdido! Oficial. La última señal que nos llegó
fue desde el lado de allá. Rectifique. Listo. – Oye, Pollito, como que yo creo
que sí sé por qué están aquí. – ¿Por qué? – Pa' que no te agarre
de bajada, metí un tipo al túnel. – Estás bien mensa, ¿eh? – Pues, es que se veía
todo fregado, todo enfermo, y me dio lástima. Ah, ¿qué? A ti te he ayudado
un chorro de veces. – Ah, pues,
¿y cómo te digo ahora, la madre Teresa de Calcuta
o qué? – Ay, ya, mira, vamos a hacer
como que no pasa nada y mejor vamos a ver qué onda.
[♪♪♪] Oye, se deben estar asando con
los pasamontañas esos, ¿no? [♪♪♪] – Yo no sé qué trato podría
ofrecer la agencia, ¿Por qué me lo preguntan a mí? – Porque sigues teniendo muy
buenas relaciones en la DEA. Quiere que negocies por él
con Manzano. – Perdón, Dalila, pero no le veo
ningún sentido a que se quiera entregar. ¿Tú sabes la cantidad de años que le van a querer
poner encima? – Los están cazando, Colón. – Sí, sí, por eso mismo. Están en pésima posición
para negociar. – Todo es posible,
encuentra la manera. Habla con Lucas Manzano,
porque él decide. – Chance, y Corina
pueda hacer algo. [♪♪♪] [Ruido al teclear] [♪♪♪] [♪♪♪] ACCESO DENEGADO [Suena el celular] – Carla, si llamas para pedirme
información de ellos, sabes qué no te la voy a dar.
– No es de ellos de quien
te quiero hablar. Hubo un evento, una situación
en Durango y pensé que, chance,
y sabrías algo. – No, no sé nada,
pero voy a averiguar. Oye, y ya que estamos aquí
intercambiando información, hay una operación codificada
en la agencia que no puedo tener acceso. No sé, estaba pensando que,
a lo mejor, Castillo puede saber algo. En inglés se llama:
"Code Lazarus." En español: "Código Lázaro".
– Pues, justo estoy aquí con él.
Le pregunto. ¿Tienes idea de una operación
que se llama "Code Lazarus", "Código Lázaro" o algo así? – Ni la más remota idea, ¿eh?
Que le pregunte a Manzano, que lo acaban de ascender
en la DEA. – No, ese güey está hermético.
Ahí luego hablamos, ¿sí? [♪♪♪] – Si no tiene la confianza
de Manzano, no la veo bien en la DEA, ¿eh? Es su culpa. No se puede estar bien con Dios
y con el diablo. – Pues, mejor con el diablo,
¿no? [♪♪♪] [♪♪♪] – ¿Qué onda? – Tranquilos, tranquilos,
no hay bronca. – Cierra el hocico
que sí hay bronca. Me estás ——— el negocio,
güey. Me estás ——— el negocio. Me vale madres
si te están buscando, ¿eh? Órale, lárgate,
ahuecando el ala.
– Ah, ya, espérate. – Tú tranquila y yo nervioso. Aquí el compa y yo nos vamos
a arreglar. Te gusta el billete,
los negocios, ¿no? Ven, te voy a proponer
algo bien chigualo. [♪♪♪] [♪♪♪] A ver, compa, ¿cuánta feria
ganas traficando gente? – La que nunca has visto
en tu vida, güey. – Mira, ven wacha… Por dinero baila el perro.
¿Le haces a —— o qué? – Pues, con eso te puedo
dar permiso de pasar. – No, si lo que yo quiero es
regresarme pa' mi tierra nomás. Solamente tengo que esperarme
a que se vaya la gente que está allá arriba. – Pues, eso no se va poder,
güey. Este paso es mi negocio
y se respeta, ¿eh? Esto no es de beneficencia. – Mira, compa, pues,
esto es más de lo que ganas en una semana.
No ——–. Hum, ¿vas? – Órale. [♪♪♪] – Tiene que estar
en un lugar aislado donde no le llega la señal. Quiero que acordonemos
toda el área. Vamos a cercarlo hasta que
no le quede otra que aparecer.
¿Entendido? – Sí.
– ¡¿Entendido?! Todos: ¡Sí! – Y no nos vamos hasta
que revisemos los tejados, los sótanos. En algún lugar tiene
que estar escondido. ¿El GPS está funcionando? – Está funcionando bien,
pero no lo detecta. Tiene que estar cerca de donde
lo dejamos de ubicar. – Bueno ya escucharon.
¡Manos a la obra! ¡Vamos! [♪♪♪] [♪♪♪] [♪♪♪] – Primero las princesas. Hay que esperar a que se vaya
la tira, ¿eh? No pueden salir así.
No te preocupes,
que yo me encargo de ellos. [♪♪♪] Nomás… – A ver, fodongos,
aquí hay dos noticias. La primera:
no nos podemos mover, porque la migra está afuera,
¿eh? Y la segunda:
tienen que pagarme más. – ¡Ey, ¿cómo te van a pagar más
si no tienen?! No friegues.
Y no les hables así. No les faltes al respeto. – Yo no quiero que me respeten,
¿eh? Lo que quiero es que me teman. – Te pasas, de veras. – ¿"Pasas" de qué? Tú sabes
que soy de los buenos. – Ah, pues, qué bueno,
porque si no lo fueras… – Si no, ¿qué? Si no, ¿qué? Ya me escuchaste. Y ustedes
ya me escucharon. Aquí el que dice las cosas
soy yo, ¿eh? Tú no te pases, ¿eh? No te aproveches
porque te trato bien. – Ándale, ya, pues, vete. No le hagan caso.
Todo está bien. Chiquita, ¿qué quiere?
¿Está bien? ¿Agüita? – Arriba.
¡Ay, lo que me faltaba!
¡La caballería! – Tranquila. – ¿Viniste a supervisarme?
¿No confías en mí o qué? – No, Tracy, ya no. ¿Viste el reguero de muertos
que está teniendo la operación que puse a tu cargo? ¿Ya contabilizaste a las viudas
a las que vas a tener que dar el pésame? Porque yo no lo voy
a hacer. – Sí, pero esa cacería
se terminó aquí, porque no tiene para dónde huir. – No se puede ser jefa sin tener
la más mínima idea del control de daños. Te lo voy a explicar fácil. Tuviste a una fiera torturada
durante mucho tiempo y se te escapó. Ese tipo no se va a entregar. Deberías de ejecutar tu plan "B,
si es que de verdad lo tienes. – No, no es necesario,
porque yo ya casi lo atrapo. – A eso vine. Hazlo. [♪♪♪] – No puede ser que de verdad
no les interese [Suena el celular] colgarse
la medalla de haber logrado que el Cartel más poderoso
de México desaparezca. -¿Qué pasó, Corina? – Guillermo, recibí una llamada
de la periodista Uzcátegui.
Está tratando de averiguar algo
de un enfrentamiento muy fuerte que hubo en Durango.
¿Tú sabes algo de eso? – No, apenas me estoy enterando
por ti. ¿Tú sabes algo
del enfrentamiento? – Soy yo, Corina, Dalila.
Según me digo Amado, el Pío y Ojeda tiraron
un operativo y asesinaron a Alba y al Pulque. Eso fue lo que pasó en Durango. Aquí estoy negociando con Colón
la entrega de Amado y la familia para salvarlos. – Tú sabes que
si Aurelio estuviera vivo, lo mataría por eso, ¿verdad? – No veo otra solución.
Piénsalo. Ve si le puedes llegar a Manzano
y planteárselo, no sé. – Luego hablamos. ¿Es verdad lo que acabo de oír
sobre la muerte de la madre de Aurelio? – Eso me contó.
Fue una emboscada.
Piensen, por favor,
lo que les estoy ofreciendo. Les conviene. [♪♪♪] – ¿Otra vez tú, compa? ¿Y ahora qué ——— quieres,
güey? – ¿Tú quién eres, güey? Ahí hay un desmadre, güey.
El operativo está bien choncho. Dime, ¿tú quién eres, güey? – Ah, no estés de chismoso,
hombre. – Tienes todo patas arriba… y La Migra no le juega a eso,
así que suéltalo. – Ya te dije…
– ¿Quién eres? – Ya te dije que no estés
de chismoso, hombre.
¡Qué te importa! – ¿Sabes qué, bato?
Me importa y mucho. ¿Sabes por qué, güey?
Porque eres importante. Porque lo que me diste
es una miseria, güey, así que bájate
lo que tienes ahí. Bájate. Y me tienes
que conseguir más, ¿eh? – Ya te dije que la bajaras
de ——. – Bájale tú, ——. Órale, échale. [♪♪♪] Síguele. [♪♪♪] A la izquierda. [♪♪♪] – Hum-hum, mira, compa,
estás ——- fuera del hoyo. Está bien
que te pongas ——-, pero pues, aquí no
es el momento, güey. Aguanta, déjale ahí que no es
por ahí. – Baja la mochila. – Mira, compa, en la mochila
traigo más varo. Mira, aquí traigo más varo. ¿Quieres más varo? Aquí traigo. – No la vas a abrir, güey.
Tírala al piso. Tírala. ¡Eso! ¿Qué traes ahí? – Varo. – Ah, traes una pistolita, güey. ¡Qué chilo, güey! ¡Qué chilo! [♪♪♪]