La manera más fácil para
entender las inversiones.
Imagina que tienes 40 huevos,
los llevas al mercado y los intercambias todos por una gallina roja.
Desde entonces esperas a que ponga huevos, pero te topas con la sorpresa de que tu nueva gallina no
pone huevos, hasta que al final del año te pone 10 de una vez. Piensas que es demasiado poco, así que
empiezas a considerar las posibles opciones:
Puedes quedarte con tu gallina roja y esperar
pacientemente a que vuelva a poner huevos.
Puedes ir al mercado con tu gallina y pedir
que te den 40 huevos por ella. Los huevos te los puedes comer, o los puedes intercambiar
por una gallina blanca, con la esperanza que esta te dé más huevos que la roja.
Si decides quedarte con la gallina, los huevos que te da, te los puedes comer o los puedes ahorrar,
para cuando llegues a juntar otros 40 huevos te vas al mercado por otra gallina. Si lo haces,
tendrías no diez, sino 20 huevos cada año.
Si sigues guardando los huevos y comprando más
gallinas, en unos 20 o 30 años tendrás todo un gallinero.
Tus gallinas te darán suficientes
huevos para no tener que trabajar nunca más, porque podrás intercambiar
huevos por todo que necesitas.
Pero cuidado, porque el día menos pensado
puede llegar un zorro, al que le encanten las gallinas rojas. Y si todas tus gallinas
son rojas acabará con todas o casi todas. Pero si tienes, por ejemplo, 5 gallinas rojas,
5 gallinas blancas, 5 negras y 5 doradas, el zorro se comerá las rojas y tú tendrás todavía
15 gallinas que te seguirán dando huevos.
Por extraña que parezca, esta historia muestra
cómo funcionan las inversiones (en qué fijarse a la hora de invertir).
Cómo seguramente adivinaste:
* Los huevos representan el dinero (tu capital).
* El mercado representa la bolsa de valores.
* Las gallinas son los activos, que
consigues a cambio de tu capital.
* Los huevos que te ponen las gallinas representan
los beneficios que te trae tener un activo. Pueden ser por ejemplo los dividendos que te
pagan ciertas empresas por tener acciones.
* Y el zorro es nada más que una crisis que
viene de improviso y que hace desaparecer o disminuir el valor de algunas inversiones.
Es por eso que para cuidarnos del zorro debemos tener gallinas de diferentes colores.
Las gallinas rojas pueden ser por ejemplo acciones de una empresa que extrae materias
primas, como el petróleo o el estaño.
Las blancas pueden ser de una empresa
de tecnología como Apple o Microsoft.
Las negras pueden ser acciones
de los grandes bancos.
Las doradas pueden ser
inversiones en metales preciosos.
Seguramente ya captaste la idea.
Además, puedes tener gallinas americanas, europeas y hasta asiáticas.
Cuanto más
diversificado este nuestro gallinero, es menos probable que lo perdamos todo. Porque cuando
viene una crisis (el zorro), unas empresas van a la quiebra mientras otras crecen con fuerza.
También, con el tiempo cambia el valor de las gallinas que compraste. Puede ser que pagaste
inicialmente 40 huevos por una gallina roja (unas acciones de cierta empresa). Después se escuchó
decir que venía el zorro come gallinas rojas, y todos llenos de pánico empezaron a vender las
suyas, y el precio de las gallinas rojas bajo a 15 huevos. Pero finalmente, el zorro se fue (la
crisis terminó), y los pocos que protegieron sus gallinas rojas ahora pueden venderlas no por
15, no por 40, sino por 65 huevos o más.
Es lo que pasó por ejemplo con los precios
del cobre y otras materias primas en los últimos 3 años. Primero su precio ha bajado
debido a la crisis, para poco después subir rápidamente a la cima.
Cada activo tiene su tiempo, mientras el precio de unos está cayendo,
otros se elevan hacia arriba.
El problema es que para construir un gallinero
se necesita paciencia para esperar los huevos, tener claro cuáles gallinas quieres tener en
tu gallinero y tener nervios de acero (para comprar más gallinas cuando todos las venden y
venderlas cuando todos los demás están comprando).