Los asistentes inteligentes, como Alexa de
Amazon o Google Assistant, operan mediante la combinación de reconocimiento de voz,
procesamiento de lenguaje natural y conectividad a la nube. Estos dispositivos están equipados con micrófonos
para captar comandos de voz del usuario. La información de audio se envía a servidores
remotos, donde algoritmos avanzados interpretan y comprenden el lenguaje hablado. Posteriormente, el asistente inteligente genera
respuestas o ejecuta acciones específicas. La capacidad de acceder a servicios en la
nube permite a estos asistentes proporcionar información actualizada, realizar tareas
como establecer recordatorios o reproducir música, y controlar dispositivos inteligentes
en el hogar. La evolución continua de estos sistemas se
traduce en una interacción más natural y en una amplia gama de funciones, contribuyendo
a la comodidad y la eficiencia en la vida diaria del usuario..