¿Cómo es un gran diseño? ¿Qué sucede cuando el arte, la ciencia, las matemáticas y el diseño
se unen? A menudo suponemos que estas áreas de estudio están en
categorías completamente diferentes. Seamos sinceros, ya sea en la escuela o en la oficina,
la gente del arte y la gente de la ciencia rara vez se reúnen, comparten comida o ideas. ¿Por qué esto siempre ha sido así? La ciencia, las matemáticas y el arte tienen una relación estrecha…
más de lo que puedas imaginar. Y puedo demostrarlo utilizando una idea simple
y poderosa que lo conecta todo, desde DaVinci al diseño arquitectónico moderno.
Es una herramienta sencilla e infravalorada. Es la proporción áurea. En primer lugar, permitidme que os explique qué es la proporción áurea,
o como DaVinci la habría llamado, la proporción divina. La forma más fácil de entender la proporción áurea
es a través de una secuencia de números llamada la secuencia de Fibonacci, introducida en el mundo
por el matemático italiano Leonardo de Pisa.
Básicamente, la secuencia funciona así: Sumas los dos primeros números, uno más uno
y obtienes dos, y luego sumas tres a dos obtienes cinco, y luego cinco más ocho te dan trece y así sucesivamente. Una idea bastante sencilla. La secuencia, literalmente, nunca termina. Cuando tomamos dos números sucesivos de Fibonacci,
su relación es muy cercana a la proporción áurea y se puede visualizar como una espiral. Uno de los lugares más obvios donde se puede ver
la proporción áurea es en la naturaleza. Curiosamente, e imagina que muchos de vosotros no lo sabéis,
pero estos números de Fibonacci corresponden al número de pétalos de una flor, a las semillas de una piña e incluso a las ¡espirales de un girasol! La historia de la proporción áurea se remonta
mucho más allá de Fibonacci en los años 1200. De hecho, se cree que el antiguo escultor griego Fidias
utilizó la proporción áurea hacia el año 480 a.C. cuando esculpió
la estatua de Zeus en Olimpia. Y, también puedes comprobar cómo se utiliza
la proporción en el Partenón.
Uno y uno, dos, tres, cinco, ocho, trece,
¡boom! ¡Ahí tienes la proporción áurea! Sin embargo, para hablar de la proporción áurea en la historia,
tenemos que avanzar hasta el Renacimiento. Un punto de inflexión donde la ciencia y el arte se entremezclaron
y literalmente el mundo cambió. Florencia, Italia, fue el epicentro del Renacimiento
con artistas como DaVinci, Donatello y Michelangelo tomándola como hogar. También en Florencia, siguiendo el hilo,
encontramos a la rica familia Medici, amante de la cultura, que financia casi todo lo que los artistas
y los ingenieros podrían soñar.
Quiero decir, ¿quién más financiaría una escultura de más de dos metros
originalmente pensada para estar en la cima de la Catedral de Florencia? Mezcla todo esto con el desarrollo del método científico, científicos y matemáticos en cafés compartiendo ideas, inspiraciones y, por supuesto, discutiendo sobre si el mundo era plano,
influyendo en cómo pensamos críticamente sobre el mundo que nos rodea y cómo lo diseñamos. Comienza la colaboración creativa y
nace el fenómeno de las cafeterías. Artistas como DaVinci sabían que la combinación entre el arte y
la ciencia permitiría que el diseño y la estética pasaran de lo bueno a lo divino.
¿Cómo seguir eso? Utilizando la proporción áurea. De hecho, DaVinci estaba tan convencido de que esta
herramienta antigua era tan revolucionaria, que ilustró un libro escrito por Luca Pacioli llamado Divina Proportione,
que ilustra una y otra vez lo sorprendente que es la secuencia de Fibonacci. Descubre cómo DaVinci utilizó la proporción áurea
desde la Mona Lisa hasta La Última Cena. La proporción le permitió crear un equilibrio,
enfoque y simetría perfectos. De hecho, DaVinci creía que definió lo que
llamaba "el hombre perfectamente proporcionado" una proporción que los artistas ya habían utilizado
a lo largo de la historia. La proporción áurea no sólo influyó a los artistas,
sino también a los científicos. De hecho, Nicolás Copérnico utilizó la proporción áurea
para formar su idea del Heliocentrismo, un concepto tan avanzado que cambió literalmente
la forma de ver nuestro mundo, y por supuesto, dónde estaba en el universo. Avancemos hasta el siglo XIX, durante el periodo impresionista,
cuando se inventó la cámara fotográfica y la pintura envasada en tubos impulsando el arte en una nueva dirección.
Artistas como Van Gogh conocieron el poder del equilibrio visual,
que es la base de la proporción áurea, como en su cuadro más famoso, La noche estrellada. Artistas como Georges Seurat conocían el poder
de la secuencia de Fibonacci, y se dice que "atacaba cada lienzo por la proporción áurea",
como hizo aquí en su clásico Bañistas en Asnieres. Avancemos de nuevo unos años hasta la
década de 1920, donde la ciencia, las matemáticas, el arte y el diseño se reunieron en la Bauhaus. Aquí nació el Modernismo, con un énfasis en la función,
y el objetivo de volver a unir el arte junto con las cosas con las que interactuamos cada día. La Bauhaus cambió la forma de diseño todo,
desde el diseño innovador y los materiales utilizados en la silla Wassily, hasta las audaces líneas
en el Falling Water de Frank Lloyd Wright.
Fue también durante esta época que
el excéntrico artista Salvador Dalí quedó fascinado, como DaVinci, con la combinación entre arte,
ciencia y matemáticas. Dalí se inspiró en la proporción áurea
y la utilizada en muchos de sus cuadros famosos, como La última cena. Verás cómo las espirales doradas crean una simetría perfecta
y desplazan tu mirada de las personas en la mesa hasta los brazos en el cielo. Dalí estaba muy encaprichado con la proporción áurea.
He tenido que venir al Museo Dalí, en Tampa, Florida, para poder mostrarlo. Así que, Peter, sé que Dalí estaba obsesionado con la proporción áurea y la secuencia de Fibonacci,
así que he estado muy ansioso por venir aquí para ver, y para que me digas, cómo influyó
en la arquitectura y el diseño del museo. Por supuesto. Así que fue una de las cosas
que influyeron en cada nivel cuando estábamos planeando este nuevo edificio…
hasta llegar justo frente a nosotros, donde tenemos una espiral dorada colocada
en este bronce. Todo el camino en el medio de esto, en el medio de estos adoquines que son de color.
Así que puedes ver esa expansión exponencial de la proporción áurea.
Pero definitivamente Yann Weymouth,
cuando estaba construyendo el museo, ha tratado de construirlo siguiendo la proporción áurea
y esas proporciones perfectas por las que Dalí estaba obsesionado. Vaya. Y lo que me encanta del edificio es
que la puedes encontrar dentro, pero también en el exterior. Es así como la tecnología se une al diseño.
La mezcla con la proporción áurea, es simplemente hermosa. Guau. Es austero y, al mismo tiempo, increíblemente agradable para la vista. Bueno, también me encanta que,
incluso en la placa aquí, tienes na cita de él sobre la proporción áurea
y lo importante que era para él y su trabajo. Y el tamaño de esta espiral. Creo que no lo he visto en la foto, pero esto ocupa todo el patio.
Así que, ¿también tiene la influencia de la proporción áurea y la secuencia de Fibonacci en el interior? Si. Entonces, aquí tenemos estas referencias
a las espirales y a la geometría, en el interior tenemos una escalera helicoidal
que también hace referencia a la obsesión de Dalí con las espirales, y en realidad es una referencia a la molécula de ADN
una espiral de doble hélice. Así que tenemos espirales doradas y espirales helicoidales. Hay
muchas referencias a la obsesión de Dalí por estas formas. Ya veo. ¿Puedes decirme más
sobre el porqué Dalí, quiero decir, sé que estaba obsesionado con la ciencia,
pero ¿qué fue lo que lo volvió tan loco por ¿Fibonacci y la proporción áurea? Creo que Dalí era una de estas personas que constantemente cuestionaba las cosas y era
un ideador.
Constantemente tenía una perspectiva creativa en todo. Así que cuando
se encontró con Freud, Freud se convirtió en una especie de líder para él. Cuando se encontró con los
escritos de algunos científicos como Heisenberg, eso se convirtió en una emocionante oportunidad
para él. Dalí estaba constantemente desafiando las nociones preconcebidas y buscando diferentes
formas de ver algo que siempre estamos mirando en nosotros mismos. Y así, definitivamente, la geometría y la
precisión de eso atrajeron a alguien que busca constantemente el orden en la naturaleza.
Y se inspiró tanto en DaVinci que obviamente estaba loco por escribir
un libro sobre ello. Así que. Si. Y DaVinci no era su artista favorito.
Probablemente pensaba que Raphael y Vermeer eran mejores pintores. Pero creo que
Da Vinci trabajaba de la misma manera que Dalí. Constantemente era una persona que jugaba, trataba de encontrar
el orden de las cosas, tratando de encontrar el origen. Muchas veces la vida de Dalí estuvo
realmente cerca de Da Vinci como inspiración, y especialmente con las matemáticas y la geometría. Ah, sí. Bueno, de nuevo, quiero decir, esa obsesión con la tecnología, Da Vinci y la estética,
es algo bonito. Y Dalí hizo lo mismo, aplicando mucho de eso
en su trabajo. Hoy en día, vivimos en una época en la que claramente
vemos cómo las matemáticas, la ciencia, el diseño y la estética se unen para crear el mundo
que ahora conocemos. La secuencia de Fibonacci se encuentra en
todo, desde las estructuras de datos de los ordenadores y algoritmos de clasificación, el diseño de vehículos y la ingeniería
de vehículos y la ingeniería arquitectónica.
¿Qué es lo siguiente? ¿Cómo podemos seguir empujando los límites con la potencia
de las matemáticas complejas, la ingeniería y la informática y envolverlo en algo tan estéticamente
perfecto, que casi se nos olvida de lo que son capaces de ejercer? Eso es precisamente lo que hace el equipo de MSI,
unir la tecnología con el diseño. Un poder creativo ilimitado mezclado con principios de diseño
que se remontan a la antigüedad desde Grecia hasta la Bauhaus. Este es el objetivo del MSI Creator Z16. Este es un ordenador para creadores, innovadores, políticos
e ingenieros. Los que quieren inspirarse en el pasado
pero alimentados por las herramientas del mañana.
Cada elemento de diseño responde a las necesidades de
tu creador interior, ofreciéndote un espacio de diseño con un tamaño de pantalla de dieciséis por diez. Sólo hay que ver como en el pasado que sucede
cuando un gran diseño se une a la ingeniería y a las matemáticas. Ahora, imagina lo que puedes hacer con una máquina
diseñada para hacer precisamente eso. Te adelantarás al futuro..