Gramo / Victor Cartes / Tecnología Paraguaya Para El Mundo

Hola, cuando me invitaron a Gramo hace cosa
de un mes, en Tiva, la startup que hoy dirijo, nos estábamos preparando para uno de los
eventos más importantes de nuestra historia. Me gustaría compartir con ustedes esta noche
sobre ese evento, pero para poder darles un contexto, necesito hablarles de otros siete
eventos que le precedieron, muy brevemente y desde una perspectiva muy personal. En el
2008 yo había cumplido siete años trabajando en una compañía de telecomunicaciones y
todo me encantaba respecto a ese trabajo: la tecnología, el cargo, la posición. Por
supuesto, la paga. Es por eso que me resulta muy difícil explicarles porque renuncié
a todo ese mismo año. Voy a dejar que un capo les explique en un discurso que ya dio en
el 2005. Jobs, en un discurso que dio a Stanford dijo esto: "cada mañana me miro al espejo
y me pregunto: 'si éste fuera el último día de mi vida, haría lo que voy a hacer hoy? Y si
la respuesta es no, por muchos días de seguido, entonces sé que debo cambiar algo." Yo tenía que hacer un cambio brusco, tenía que forzar un cambio.

Entonces busqué
un proyecto durante ese 2008 que me pudiera dar cierta solvencia económica para sostenerme e independizarme. Lo encontré, renuncié a esta empresa, y fundé Tiva. Si me preguntan
el principal desafío detrás de emprender en este país es creer que es posible. Les
comento una experiencia. Cuando yo tenía cinco años me perdí en la expo, la de Mariano
Roque Alonso. Iba con un grupo de adultos que de repente se perdió dos y yo como
por lo visto desde muy chico ya soy perdido me quedé allí en el medio.

Lo peor era que
cada grupo no hacía con el otro así que nadie técnicamente me estaba buscando. Y la reacción
que tuve fue muy interesante porque ahí estaba yo, chiquitito, en una área de 72,000 m², rodeado
de 100,000 personas a las que no conocía, y en vez de sentarme a llorar como correspondía,
me puse a buscar la radio. La radio era para mí un lugar donde iban los niños
perdidos para que sus mamás les encuentren. pasa que en ese tránsito por la expo yo escuchaba
por los altavoces que se hacían esos anuncios a niños perdidos. Entonces barrí la rural hasta
que encontré la radio, me anunciaron, mi gente pilló que estaba perdido, y se fueron a buscarme.
Me gustaría mucho decirles que esa fue la primera señal de mi extraordinario coeficiente
intelectual pero resulto ser un tipo de inteligencia promedio nomás.

Es el instinto de supervivencia
el que muchas veces nos impulsa a hacer este tipo de cosas extraordinarias. Y no es que
no es superpoderes, es que hace, logra que por un momento dejemos de pensar si es que podemos
o no lograr algo y simplemente actuemos. Cada uno de nosotros, cuando está a punto de dar
un salto importante en su vida, nunca está enteramente seguro de que va a poder llegar
al otro lado. Sin embargo, si no le queda otra alternativa, ni siquiera se va a plantear antes
de saltar.

Recuerdo 25 años luego de esa experiencia porque aprendí no sólo que era capaz de
hacer una cosa sino que era capaz de hacer mucho más de lo que estaba consciente. Aprendí
que durante la mayor parte de nuestras vidas todos, cuando no tenemos esa urgencia de sobrevivir,
nos estamos subestimando, estamos subestimando nuestras capacidades. Emprender en Paraguay
es cosa de locos porque Paraguay puede hacernos las cosas muy difíciles, y así fue históricamente
para la mayoría. Emprender en Paraguay significa enfrentarte un escenario que parece conspirar
en contra del desarrollo. Entonces… Y encima nosotros, nuestra generación, la que hoy estamos
digamos ingresando a esa población económicamente activa nacimos y crecimos en una sociedad
que tuvo que atravesar uno de los periodos más oscuros de la historia de Paraguay, en
la que se le arrebató a la gente el derecho de pensar diferente, de crear, de construir,
de cambiar realidades.

Crecimos dentro de esa sociedad que pasó durante distintas
coyunturas sin sentirse realmente capaz de ser promotores de un cambio, simplemente aceptando
cada coyuntura que se le presentaba. Y nuestra generación tiene hoy la terrible responsabilidad
de devolvernos esa confianza, de creer no solamente que alguien puede venir y traernos soluciones
sino que nosotros mismos tenemos la capacidad de construir las soluciones que nuestro país
necesita para seguir adelante. Como les dije, emprender en Paraguay es cosa de locos. En
nuestro oficina tenemos en una pared impresa esta leyenda que ven en pantalla.

Dice: 'sólo
la gente que es lo suficientemente loca para creer que puede cambiar el mundo es la gente que termina haciéndolo. Esta es una de las frases de una de las campañas más
importantes, más famosas, de Apple. Bueno cuando inicié Tiva, nos había pedido desarrollar
un sistema de gestión de negocios. Al analizar los requerimientos de este sistema me pareció
algo muy fácil de desarrollar. Entonces me asocié a un compañero de facultad y durante
ocho años, meses, dije que era fácil, durante ocho meses trabajando día y noche, de
lunes a lunes, desarrollamos este producto y a los ochos meses habíamos logrado un primer
beta funcional y le llamamos Bistró.

Estaba muy orgullosos de Bistó. Nos fuimos, implementamos en
la primera compañía y eso nos lleva al tercer evento: fue un desastre. El soporte hacía todo
lo que nos pidieron que hiciera. Nos pidieron que sumara esto, sumaba, que restara
esto, restaba. Pero puesto en la empresa no funcionaba, y ni siquiera entendíamos porqué. Eso era
la peor, yo veía que no podía sostener las operación de mi empresa, que todo por lo que
había apostado tanto, por lo que había trabajado tanto, se me escurría de las manos y yo ni
siquiera sabía porqué. Mucho menos sabía cómo sostenerlo.

Había fracasado. Le decepcioné
a mi esposa, les decepcioné a mis hijos. Había comprometido su seguridad y había
fracasado. Ocho meses luego de abrir mi primera empresa, la estaba cerrando, y estaba buscando
la vuelta al trabajo. Tenía dos ofertas laborales. La primera, de mi antiguo trabajo me habían
ofrecido de vuelta de cargo, pero sentía que volver iba a ser sellar ese fracaso y no
estaba preparado para eso todavía. La segunda oferta era de un amigo, que tuvo la oportunidad
de hablar también aquí en Gramo, que tiene una agencia de diseño web y, honestamente,
no era el perfil de empresa que yo quería. Yo tenía una ingeniería, estaba especializado
en telecomunicaciones, era totalmente otra cosa lo mío. Entonces… Pero pasaban los
días, pasaban los días, las cuentas vencían y mi único soporte económico era mi trabajo.
-que no les engañe el apellido.
Estoy contando la parte trágica de mi historia y se están riendo. Entonces fui a trabajar a
esta agencia de diseño web, contra todo plan, y resultó ser una de las experiencias
más enriquecedoras de mi vida.

Al año y medio tuve la oportunidad de emprender de vuelta
me. Me uní a Carlos, uno de mis mejores amigos y un colega de muchos años y desarrollamos:
una plataforma de gestión para operadoras de telefonía IP. Al año, después de mucho
trabajo, la implementamos en una operadora de telefonía de São Paulo y el resultado
fue asombroso: funcionó como un reloj suizo. A las 3-4 semanas ya ni siquiera les prestábamos
atención a las operaciones.

Hoy el box Center gestiona millones de minutos diarios en tres
operadores distintas de São Paulo. Era… Con esos ingresos abrimos de vuelta Tiva,
esta vez ya juntos. Era muy frustrante ver como algo tan complejo tecnológicamente hablando funcionaba
tan bien cuando no pudimos hacer funcionar algo tan sencillo como un software de gestión
de negocios. Pasa que en aquel entonces tendíamos a calificar todo lo que hacíamos bajo un
único criterio: la tecnología.

Los informáticos, lo aceptemos o no, tenemos una característica
en común: somos cuadrados. Y, no es que sea un defecto, de hecho necesitamos
poder pensar de una manera estructurada para poder hacer las cosas que hacemos, pero eso la mayoría
de las veces nos hace perder de vista el contexto de las situaciones. Me obsesioné durante un
tiempo en comprender cuál fue el problema de ese primer producto, investigué muchísimo
el mercado, los casos de uso. hasta que di con el problema: me faltó programar la parte más
importante de este sistema, al usuario. En ingeniería, nunca me enseñaron que se podía programar al usuario.

Sin embargo, la parte más importante de los sistemas es el usuario. No se puede
calificar este tipo de software por lo que son capaces de ser por sí mismos sino por
lo que sus usuarios son capaces de lograr con él. No sabía cómo programar a un usuario,
en ingeniería no me enseñaron esto, pero era algo que yo veía hacer todos los días
por medio de diseñadores gráficos en esa agencia de diseño web por la que pasé.

Todo
el tiempo, los diseñadores, consciente o no, programan a los usuarios. Integran personas a sistemas, informático
o no informático, a través del diseño nos dicen cuando doblar a la izquierda, cuando doblar a la derecha, cuanto pujar, cuanto estirar… Sobre esto último le falta trabajar más. Y, entonces,
en toda esta experiencia, encontré una posibilidad de redefinir el estado de la industria. Por primera vez sentí que podía crear algo totalmente distinto, algo que todavía
no se había hecho. Y fue así que, en toda esta experiencia, conocí a Hugo Sánchez, uno de
los mejores diseñadores que tuve la oportunidad de conocer, y le planteé diseñar juntos un nuevo
concepto de experiencias de usuarios para este tipo de soluciones de gestión de negocios.
Se unió al barco y durante un año de trabajamos en esto.

Al año, lanzamos Bims. Y estábamos proponiendo al mercado una solución totalmente diferente a lo que jamás se hizo. Estábamos proponiendo casos de uso que nadie todavía esperaba, pero el resultado
fue asombroso. En menos de un año 48 compañías de distintos tamaños, de distintas industrias,
vinieron a nosotros y adoptaron Bims. Ni siquiera nos dieron tiempo de salir
a buscarlas. Hasta hoy todavía no hicimos una sola campaña de ventas.

Al contrario, tuvimos
que crecer como compañía para poder, digamos, sostener esas nuevas operaciones. Cuando… les
dije que cuando me contactaron de Gramo nos estábamos preparando para uno de los eventos
más importantes de nuestra historia y se trata de la web summit. El 15 julio yo recibí un e-mail
que nos avisaba que Bims había sido seleccionado de entre más de 10,000 productos de todo el
globo para ser presentado a la web summit.

La web summit es la conferencia de innovación,
tecnológia y negocios más importante de Europa. Reúne cada año referentes de la industria
como Google, Microsoft, Cisco. Y ahí vamos a estar nosotros, exponiendo entre esas compañías. Por
eso es que cuando recibí la notificación no me dio tiempo de emocionarme ni un segundo,
al segundo ya empecé a estar preocupado. Ustedes se ríen cada vez que yo cuento algo feo.

Entoces, había mucho que
hacer porque, calculen, estábamos frente a una oportunidad inmensa, y yo estaba muy consciente
que era muy difícil de replicar y que podía tener un resultado muy importante, cual fuere, para nuestra empresa, y no sólo para nuestra empresa sino para todo ese ecosistema
de startups que se estaba gestando en Paraguay. Entonces… Es más, ni siquiera sabía cómo
íbamos a costear el pasaje a Dublín. Nadie tiene caja para un pasaje a Europa, y nosotros necesitábamos ir por lo menos 4 para justificar, digamos, o sea para poder desarrollar lo que íbamos a hacer allá. El hecho es que, una semana antes de viajar a Dublín, nos enviaron otro email diciendo
que estábamos dentro de un programa de presentaciones llamado Pitch, donde tendríamos que presentar nuestro
producto y nuestro negocio en uno de los escenarios de la conferencia frente, frente al grupo de
inversores, prensa, etc.

Nosotros ya habíamos aplicado para este mismo programa en julio
y hacia final de agosto nos habían rebotado. Habían publicado una lista de empresas y
nosotros no estábamos allí. Sin embargo, esta vez, una semana antes, nos dijeron que alguien
había desistido y que estábamos adentro. Genial. Era una oportunidad gigante como para
ganar visibilidad o para que sea más eficiente nuestra presencia allá. Fuimos, como les digo, cinco personas a Dublín. Cuando entramos a un edificio colosal donde se desarrolló esta conferencia ya había un stand preparado con nuestro logotipo impreso en el fondo. Cuando se abrieron las puertas a las 8:30, la cantidad de gente era
inmensa, había 10,000 personas en un solo venue, en un sólo salón. Y ninguna
de las 10,000 personas se paró un segundo a ver nuestro producto.

¿Cuál eran la posibilidades? 10,000 personas. A las 10:30… Es que yo no les culpo, entre tantos productos innovadores,
nadie espera ver nada nuevo en un software de negocios. Hay tanto software de negocios por todos lados.
A las 10:30 me tocó a mí subir y presentar este proyecto en el escenario, en uno de los
escenarios de la web summit. Estaba… Estaba aterrorizado, porque mientras nos anunciaban, veía gente
con las credenciales de Washington Post, de Wired, de la BBC.

En nuestro panel estaba
gente de Google ventures, estaba gente de un grupo importante de inversión de capital
de riesgo de Europa, de Silicone Valley. Me sentí… Era… Me sentí de vuelta en mitad ahí perdido en la expo de Mariano y rodeado de un montón de gente grande. Esa, toda esa gente, era la
gente que desayuna todos los días lo mejor que produce la industria a nivel global. No
había forma de que alguien les pueda mover un nervio mostrándole algo. Y esa fue la misma
reacción que esperábamos, y que vimos durante toda la mañana, una reacción apática ante
todo lo que se les mostraba. Yo estaba perdido en la expo. Me subió al escenario de un salto
y recordé todo, todos los eventos que me trajeron a Dublín, que me habían llevado
a Dublín, y busqué la radio. Le presenté al mundo en cuatro minutos todo lo que habíamos
construido.

Y la reacción fue ésta. Sorprendente. Después de
esta presentación, después de esta presentación,
nos invadieron el stand durante los siguientes dos días. Fueron reuniones tras reuniones
con grupos de inversión, con compañías de cada continente interesadas en distribuir
Bims. Esa respuesta que nos dieron del 'amazing' del 'sorprendente' tuvo un significado
especial para mí porque hice algo muy descabellado cuando nos rebotaron la primera vez para participar
de esto y le envié un mail a uno de los organizadores cuando recibí el mail de rebote donde les
pedía que reconsideraran el rebote. Era algo totalmente ridículo e infantil
y fue algo muy vergonzoso. Sin embargo, yo no sé cual habría sido la historia que
iba a contar si es que no enviaba ese mail, si es que no renunciaba a mi trabajo. Tampoco si es
que no hubiera fracasado en el primer intento de crear todo esto.

O si no hubiera terminado
en una empresa en la no planeaba terminar trabajando, o si no hubiera de vuelta intentarlo todo de cero. Uno no sabe como los puntos van a unirse en el futuro. Así que ya no me dedico
a calificar los puntos. Además, soy super malo con eso. A la tercera diapositiva le llamé
fracaso, por ejemplo. Y en todas esas reuniones nadie podía creer que habíamos logrado todo
lo que hicimos con… Empezando con un capital cero, porque empezamos esta empresa con mi último cheque del salario. Ni que no habíamos llamado nunca a ninguna ronda de inversión
ni que un grupo tan pequeño podía sostener todas estas operaciones. Lo que toda esa gente
no sabía, en realidad, es que en Paraguay todo siempre nos hizo, todo siempre nos fue
muy difícil. Y eso, a cada paraguayo, nos hizo tremendamente capaces. Como estos paraguayos
que ven en pantalla, que están hoy presentes. Les pido por favor que me ayuden a agradecerles
por todo lo que hicieron. Un fuerte aplauso. Gracias.

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